Las serpientes del viento me susurraban;
Conjuraban mis sentidos,
Llevabanse mis pensamientos,
Lindantes con mi oído y panorama,
Mirada al infinito…
En la calle afónica de ruido,
Mis pisadas enaltecían el polvo
Mientras, perforabanlo,
Calando en la armonía del hálito;
De eco a eco,
De sonrisa a sonrisa…
Romos, contra las paredes de mi cráneo
Se encontraban,
Mis rimbombantes sinsabores.
Asestados de mil y una angustias,
Pasadas en mil y una sazones…
Chocabanse no obstante,
En mi lánguido musculo,
Las pulsaciones marchitas,
De coloquiales ilusiones,
Diástole de flor…
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